No te doblegues; no lo diluyas; no intentes que tenga lógica; no edites tu propia alma según la moda. En lugar de eso, sigue tus obsesiones más intensas sin piedad.
Prefacio del libro:
The Metamorphosis & Other Stories
(The Schocken Kafka Library)
¿Quién no conoce a Anne Rice, o su saga Crónicas vampíricas?
Hay que explicar que este aforismo de Rice, como pertenece a un prefacio de un libro recopilatorio de relatos de Franz Kafka, en Internet se ha medio viralizado atribuyéndoselo al autor checo.
El caso es que, la frase, explica Anne Rice, intenta definir la impresión que Kafka le produjo.
Y ella, cuando supo que la frase se le atribuía erróneamente a Kafka, dijo que era gracioso porque pensaba que, probablemente, Kafka se hubiera expresado mejor.
Sea como sea, las palabras de Anne Rice son muy necesarias en estos tiempos (y seguramente otros) de modas pasajeras y efímeras, de gustos que sigue todo el mundo hoy, pero no mañana, de artistas que se preguntan si lo que les gusta a ellos gustará a otra gente, o si no sería mejor doblegarse y diluir sus propias creaciones para que encajen mejor en las tendencias del momento…
Pero, al final, la diferencia entre el artista de verdad y el mero ejecutante (por bueno que este sea) radica en las obsesiones del primero, en la pasión, en la originalidad. En diferenciarse (para bien y para mal) del resto.
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