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Etiqueta: Simbolismo y Mitología Página 1 de 2

DISEÑANDO LA CUBIERTA DE REGNIGRORVM LIBRO I — 2

Ho­la, soy Hi­dal­ga Ere­nas y, en es­ta en­tra­da, voy a ter­mi­nar de mos­tra­ros el pro­ce­so crea­ti­vo que hay de­trás del di­se­ño de la cu­bier­ta (ha­bi­tual­men­te, mal lla­ma­da por­ta­da) de Reg­Ni­grorvM || Li­bro I: Exor­dio — La Bru­ja en bus­ca del Ca­za­de­mo­nios.

Aquí po­déis ac­ce­der a la pri­me­ra par­te, don­de des­gra­né la idea ini­cial de la cu­bier­ta, y el tra­ba­jo de fo­to­mon­ta­je que reali­cé pa­ra Lith­bel.

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Cu­bier­ta (o «por­ta­da») fi­nal de la pri­me­ra edi­ción del pri­mer vo­lu­men de Reg­Ni­grorvm. [Cli­ca so­bre ella pa­ra ver­la a ma­yor ta­ma­ño]

He­chas las pre­sen­ta­cio­nes de ri­gor, va­ya­mos al te­ma:

IT (DE STEPHEN KING) UN RITO DE PASO — parte 2

En es­te ar­tícu­lo, re­to­ma­mos la aven­tu­ra de El Club de los Per­de­do­res con­tra Penny­wi­se (de It (Eso), de Stephen King).

O, sien­do más es­pe­cí­fi­cos: re­to­ma­mos su trans­for­ma­ción en adul­tos y su re­la­ción con los ri­tos de pa­so.

¡Lee la pri­me­ra par­te si no la has leí­do!

Bien, nos que­da­mos en la pri­me­ra fa­se del ri­to de Los Per­de­do­res.

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¿Ve­mos lo que si­gue?

Ah, by the way, soy Cklo!

IT (DE STEPHEN KING) UN RITO DE PASO — parte 1

A los tre­ce o ca­tor­ce años me leí It (Eso), de Stephen King.

Y, ¿sa­béis qué pa­só?

Mis pro­fe­so­res ul­tra­ca­tó­li­cos se preo­cu­pa­ron por mi sa­lud es­pi­ri­tual: «¿Lec­tu­ra sa­tá­ni­ca? ¡Lla­ma­re­mos a tus pa­dres!».

Mis com­pa­ñe­ros se preo­cu­pa­ron por mi sa­lud in­te­lec­tual: «¿Eres una em­po­llo­na? ¡Qué to­cho te es­tás le­yen­do!».

Y, mis pa­dres, por mi sa­lud fí­si­ca: «¿Más de­be­res? Sal a que te dé el ai­re, ¡lla­ma­re­mos a tus pro­fe­so­res!».

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En fin, ¡It fue po­lé­mi­co en mi vi­da!

Pe­ro no cap­té su sim­bo­lo­gía has­ta años des­pués, cuan­do Andy Mus­chiet­ti es­tre­nó su adap­ta­ción ci­ne­ma­to­grá­fi­ca en 2017.

¿Y cuál es ese men­sa­je?

Creo que Stephen King qui­so de­cir­nos que los cam­bios son una cons­tan­te en nues­tras vi­das…

¡y que pue­den ser ate­rra­do­res!

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«¡Cla­ro que no va a es­tar bien! ¡El cam­bio nun­ca es bueno! Di­cen eso, pe­ro no es ver­dad». Shel­don Cooper lo se­cun­da.

Un gran cam­bio al que nos en­fren­ta­mos es el cam­bio de ni­ño a adul­to. ¡Y des­pués vie­nen mu­chos más! Pa­sar de es­tu­dian­te a tra­ba­ja­dor, de sol­te­ro a ca­sa­do, de no-pa­dre a pa­dre… que sí, que la vi­da no es li­neal, pe­ro sé que me en­ten­déis.

Pa­ra ayu­dar­nos a pa­sar por es­tos tran­ces, to­das las cul­tu­ras del mun­do han in­ven­ta­do… ¡los ri­tos de pa­so!

Y creo que en los ri­tos de pa­so se cen­tró Stephen King pa­ra es­cri­bir It.

Pe­ro, ¿qué son los ri­tos de pa­so?

De­jad que ti­ta Cklo os lo ex­pli­que:

EL VIAJE DEL HÉROE y LOS ARQUETIPOS APLICADOS A LA NARRATIVA — 2ª parte

Ho­la, soy Hi­dal­ga Ere­nas y es­ta es la se­gun­da par­te del ar­tícu­lo so­bre los ar­que­ti­pos y el via­je del hé­roe en­fo­ca­dos a la na­rra­ti­va.

En la pri­me­ra par­te vi­mos una cla­si­fi­ca­ción de los ar­que­ti­pos, in­clu­yen­do los pasa­jes del via­je del hé­roe (que no de­jan de ser ar­que­ti­pos de tra­ma).

En es­ta se­gun­da par­te va­mos a ver las ca­rac­te­rís­ti­cas de los mis­mos, pri­me­ro de los ar­que­ti­pos y lue­go de los pa­sa­jes del via­je del hé­roe.

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Ca­rac­te­rís­ti­cas que nos van a ayu­dar a la crea­ción de nues­tras his­to­rias.

El en­ten­der sus ca­rac­te­rís­ti­cas y có­mo fun­cio­nan nos ayu­da­rá a la crea­ción de nues­tras his­to­rias, y so­bre to­do a tra­ba­jar­los de for­ma que no cai­ga­mos en los te­mi­dos cli­chés (que a ve­ces se con­fun­den con los ar­que­ti­pos).

Tras la pre­sen­ta­ción,  va­ya­mos al lío:

ERIZO EN LA NIEBLA (1975) — un análisis

Hoy qui­sie­ra pro­po­ne­ros, más que una lec­tu­ra, una ex­pe­rien­cia: ver jun­tos Eri­zo en la nie­bla, ¡uno de mis cor­to­me­tra­jes fa­vo­ri­tos ever!

Y, al ter­mi­nar, de­jaos sen­tir.

¿Qué os su­gie­re?

¿Qué re­fle­xión os ins­pi­ra?

Pue­de que que­ráis da­ros un tiem­po pa­ra de­jar que os lle­gue la res­pues­ta.

Pue­de que al ins­tan­te lo ten­gáis.

Pue­de que no os lle­gue na­da.

Y to­do es­tá bien.

Des­pués, si os ape­te­ce con­tras­tar vues­tra vi­sión… ¡leed el ar­tícu­lo!

Ah, no me he pre­sen­ta­do: soy Cklo La­be­lla.

Sin más preám­bu­los,

¡da­mas y ca­ba­lle­ros!

So­yuz­mult­film pre­sen­ta…

ERI­ZO EN LA NIE­BLA (1975)

  • Di­ri­gi­do por Yu­ri Norsh­téin
  • Tí­tu­lo ori­gi­nal: Ёжик в тумане [Iózhik v tu­ma­ne]
  • Ver­sión ori­gi­nal sub­ti­tu­la­da:

LOS RASGOS ANIMALES EN NUESTROS PERSONAJES

Ho­la, soy Hi­dal­ga Ere­nas y en es­te ar­tícu­lo voy a ha­blar so­bre un sen­ci­llo mé­to­do que con­sis­te en asig­nar ras­gos ani­ma­les a nues­tros per­so­na­jes, lo cual nos per­mi­ti­rá crear­los y/o ayu­dar­nos a de­fi­nir­los y, de pa­so, ha­cer­los más ori­gi­na­les.

Es tan sim­ple co­mo pen­sar en las ca­rac­te­rís­ti­cas de al­gún ani­mal que pue­dan coin­ci­dir con la idea que te­ne­mos del per­so­na­je es­co­gi­do, y otor­gár­se­las en ma­yor o me­nor me­di­da y de for­ma más o me­nos pa­ten­te.

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¿Quién no co­no­ce al­gún ni­ño ra­ta?

De he­cho, ya en nues­tro ha­blar co­lo­quial es ha­bi­tual de­no­mi­nar por el nom­bre de un ani­mal a una per­so­na en fun­ción de una se­rie de ca­rac­te­rís­ti­cas:

Si al­guien es co­bar­de, de­ci­mos que es un ga­lli­na.

Si es muy gran­de y pe­lu­do, un oso.

Si es su­cio, sea fí­si­ca­men­te o sea de pen­sa­mien­to, lo lla­ma­mos co­chino, cer­do, puer­co, etc.

Y es que, aso­ciar ca­rac­te­rís­ti­cas ani­ma­les a las per­so­nas, vie­ne des­de tiem­pos in­me­mo­ria­les.

EL VIAJE DEL HÉROE y LOS ARQUETIPOS APLICADOS A LA NARRATIVA — 1ª parte

Ho­la, soy Hidalga Ere­nas y, es­ta es la pri­me­ra par­te de un ar­tícu­lo en el que ha­blo so­bre los ar­que­ti­pos y el via­je del hé­roe.

¿Ya has leí­do es­ta par­te y quie­res leer la se­gun­da? ¡La tie­nes aquí!

Al­go de lo que se ha­bla mu­cho en na­rra­ti­va, pe­ro que no to­do el mun­do co­no­ce.

O, al me­nos, en pro­fun­di­dad.

Y ello ha con­lle­va­do con­fu­sio­nes, so­bre to­do, re­la­cio­nan­do los ar­que­ti­pos y el via­je del hé­roe a cli­chés o fór­mu­las pre­fa­bri­ca­das.

Gilgamesh Estatua Museo del Louvre

Gil­ga­mesh, pro­ta­go­nis­ta de la pri­me­ra epo­pe­ya de la que se tie­ne cons­tan­cia. Jo­seph Camp­bell es­tu­dió es­te y otros mi­tos en su tra­ba­jo so­bre los ar­que­ti­pos y el via­je del hé­roe.

Por eso, mi idea prin­ci­pal con es­ta en­tra­da es ex­pli­car có­mo fun­cio­nan y có­mo po­de­mos usar­los en nues­tras his­to­rias.

IM­POR­TAN­TE: Es­te ar­tícu­lo no es un lis­ta­do de ar­que­ti­pos o de los di­fe­ren­tes es­ta­dios del via­je.

To­da esa in­for­ma­ción la po­déis en­con­trar en li­bros (ver el si­guien­te apar­ta­do).

Tam­bién, pa­ra con­sul­tas rá­pi­das, hay webs que dis­po­nen de bue­nos re­cur­sos (co­mo Ro­ló­so­fo, una web que tra­ta te­mas co­mo los ar­que­ti­pos y otras he­rra­mien­tas pa­ra jue­gos de rol, que no de­ja de ser na­rra­ti­va, so­lo que in­ter­ac­ti­va y no li­neal).

Y, por su­pues­to, po­déis en­con­trar al­gu­nos ar­que­ti­pos y el via­je del hé­roe con sus pa­sa­jes, to­do bas­tan­te bien ex­pli­ca­do, en Wi­ki­pe­dia.

An­tes de en­trar en ma­te­ria, qui­sie­ra apun­tar que los ar­que­ti­pos y el via­je del hé­roe pue­den ayu­dar­nos a de­sa­rro­llar y/o ana­li­zar cual­quier his­to­ria, sea del gé­ne­ro que sea y en cual­quier for­ma­to (ci­ne, no­ve­la, có­mic, vi­deo­jue­gos, rol, etc.), y no so­la­men­te ta­qui­lla­zos holly­woo­dien­ses o epo­pe­yas de fan­ta­sía épi­ca re­ple­tas de el­fos y or­cos.

Es­te es uno de los pun­tos que mu­cha gen­te, tan­to de­fen­so­res co­mo de­trac­to­res, no ha com­pren­di­do.

Pe­ro no es el úni­co.

¿QUÉ SIGNIFICA ENTRAR EN HILL HOUSE?

¿Por qué vi La mal­di­ción de Hill Hou­se si a mí so­lo me dan mie­do tres co­sas?

  1. - El he­cho de que mi ve­cino, ese que po­ne la mú­si­ca al­ta y de­ja la ba­su­ra en el re­llano du­ran­te días, pue­da vo­tar.
  2. - Los je­fes que di­cen «Aquí no hay je­rar­quías».
  3. - Ir al mé­di­co.
Doctor Nick Riviera

True story!

Un ejem­plo del pun­to tres:

Cklo: –Doc­tor, me due­le aquí.

Mé­di­co: –Bueno… eeh… ten­go en es­te ca­jón unas me­di­ci­nas de mues­tra que lo mis­mo fun­cio­nan…

¡Es por co­sas así que las his­to­rias de mie­do me de­jan in­di­fe­ren­te!

Un día de furia (Falling Down) de Joel Schumacher (1993)

Un día de fu­ria (Fa­lling Down) de Joel Schu­ma­cher (1993)

Y, a la vez, es por es­te mis­mo mo­ti­vo que las con­su­mo…

¡Por­que ten­go que sa­car es­trés por al­gún si­tio!

¡Si no, aca­ba­ré pro­ta­go­ni­zan­do Un día de fu­ria 2!

No me cua­dró el fi­nal de Un día de fu­ria, pe­ro to­do lo de­más, es mi vi­da tal y co­mo pa­sa en mi ca­be­za.

Aaaand por eso vi La mal­di­ción de Hill Hou­se.

Por eso, ¡y por­que la no­ve­la ori­gi­nal es de la GRAN Shir­ley Jack­son!

Shirley Jackson

Shir­ley Jack­son.

¿Que quién es Shir­ley Jack­son?

Pues una es­cri­to­ra de te­rror pio­ne­ra que in­flu­yó, en­tre otros, al fa­mo­so Stephen King: cos­tum­bris­mo, pue­ble­ri­nos y mal ro­lli­to psi­co­ló­gi­co.

A ver, una co­sa sí hay que te­ner en cuen­ta: la tra­ma de la se­rie no tie­ne na­da, o ca­si na­da, que ver con la del li­bro. Pe­ro, en mi opi­nión, Fla­na­gan –crea­dor de la se­rie– de­ja in­tac­ta la sim­bo­lo­gía de la obra de la Jack­son.

La maldición de Hill House (The Haunting of Hill House), serie creada por Flanagan en 2018 para Netflix.

La mal­di­ción de Hill Hou­se (The Haun­ting of Hill Hou­se), se­rie crea­da por Mi­ke Fla­na­gan en 2018 pa­ra Net­flix.

Y ¿cuál es la sim­bo­lo­gía de La mal­di­ción de Hill Hou­se?

¿De qué nos ha­bla?

Ve­nid con la ti­ta Cklo, que os cuen­to…

EL JOVENCITO FRANKENSTEIN (1974)

«Ten­ga, ayú­de­se» ¿Quién no re­cuer­da es­te gag? El jo­ven­ci­to Fran­kens­tein (Young Fran­kens­tein, 1974)

LA FANTASÍA COMO ESTRATEGIA DE VIDA

«Tú tie­nes que de­di­car­te a al­go que la gen­te ne­ce­si­te», me di­je­ron una vez. O «que el mun­do ne­ce­si­te», no re­cuer­do bien.

Wha­te­ver.

El ca­so es que esa per­so­na no me lo di­jo de ma­la fe, creo. Pe­ro el men­sa­je me de­jó he­la­da: la fan­ta­sía NO es ne­ce­sa­ria.

LA SUPRAIDEA

Ho­la, soy Hi­dal­ga Ere­nas y, en es­te ar­tícu­lo, ha­bla­ré so­bre al­go que es­tá en las his­to­rias, pe­ro que no se ve a sim­ple vis­ta.

Al­go que tam­bién es­tá en nues­tras his­to­rias, sí, aun­que no pen­se­mos en ello.

Y que es con­ve­nien­te co­no­cer­lo pa­ra do­mi­nar­lo me­jor.

Me es­toy re­fi­rien­do a la su­pra­idea, tam­bién co­no­ci­da (en­tre otras for­mas) co­mo ar­gu­men­to mo­ral:

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