En este artículo, retomamos la aventura de El Club de los Perdedores contra Pennywise (de It (Eso), de Stephen King).
O, siendo más específicos: retomamos su transformación en adultos y su relación con los ritos de paso.
¡Lee la primera parte si no la has leído!
Bien, nos quedamos en la primera fase del rito de Los Perdedores.
¿Vemos lo que sigue?
Ah, by the way, soy Cklo!
FASE LIMINAR O TRANSICIONAL
Como ya hizo en la primera parte, ¡el antropólogo van Gennep presentará cada fase!

Qué serenidad me das con esa info, Arnie… 😅
Los Perdedores tienen dos batallas contra «Eso» en esta fase liminar.
La primera es en la casa de Neibolt Street.
Si habéis leído este artículo, sabréis que la casa simboliza la mente, el espacio interno de las personas.
Los chavales van armados con dos balines de plata que disparará quien tiene mejor puntería: Beverly.

¡Gracias, Stephen King, por dar talla de heroína a Beverly, la chica, sin que estuviese de moda!
La idea de los balines se les ocurre porque «Eso» se le había presentado a uno de ellos bajo la forma de hombre lobo.
Y Ben piensa: «(…) nadie había sugerido que una bala o balín de plata podía no servir para detener a un monstruo; tenían de su parte el peso de mil películas de terror».
Esto vendría a decirnos que todos somos hijos de nuestra época y nuestro entorno.
Que, aunque no se nos marquen pautas de forma directa, las absorbemos sin que darnos cuenta.
Los símbolos con los que hemos crecido serán con los que nos identifiquemos más.
Total, que los críos llegan a la casa y se les aparece «Eso» otra vez bajo la forma de un hombre lobo.
No elije esa forma porque sí: el hombre lobo representa la bestialidad en el ser humano, un remanente de pasados más salvajes.
Y, para estos preadolescentes urbanizados, simboliza la pubertad.
Para los varones, está clarísimo por qué: ¡todos esos pelos que invaden el cuerpo y el cambio de voz!
Para las chicas, el vello corporal y la voz grave conjuran la visión más extrema de la masculinidad.

En Teen Wolf (1985), con Michael J. Fox de prota, ¡se habla de esto mismo!
Fijaos solo en un detalle: ¡los ídolos de jovencitas no tienen ni un solo pelo en el pecho!
Y es que a ciertas edades, esto podría causar repulsa.
Retomando el tema de It, total, que Bev hiere al monstro y el monstro huye.
Pero «Eso» quiere la revancha.
Por lo que organiza un segundo encuentro.
Hace que, cierta tarde, los padres de los chavales se pongan o bien inaguantables (padre de Bev) o extremadamente ausentes (en el caso de Stan, es literal: está solo en casa).
Así que todos se reúnen en la casita bajo tierra y se dan cuenta de las intenciones del villano: ¡«Eso» quiere que sean los chicos quienes vayan a buscarlo y le planten cara! ¡No al revés!
¿Deben ser los propios iniciados quienes acepten someterse al Rito de Paso?

Otro monstro que no puede acercarse a ti si no le invitas a entrar || Claes Bang como Drácula, en la serie homónima para Netflix (2020).
Entran en las cloacas, o sea, en el inconsciente.
¡Allí es donde vive «Eso», en el territorio más remoto e inexplorado en cualquiera de nosotros!
«Eso» intenta debilitarlos mediante el miedo porque, como los chavales dicen, es él quien está asustado.
Cuando se les aparece, «Eso» encarna otra vez los miedos de algunos de ellos: a Bill se le aparece como Georgie. A Stan, como pájaro gigante. Y a todos, como un ojo repulsivo que sale del agua maloliente.
¡Pero no logra hacerlos recular!
Y es que cada Perdedor echa mano entonces de su simbología personal para focalizarse, para conectar consigo mismos en medio del caos de la batalla.
En el caso de Bill, recita el texto que le han enseñado para dejar de tartamudear.
Stan empieza a listar todos los pájaros sobre los que ha leído.
Y es Eddie, nuestro asmático favorito, quien se carga a «Eso-Ojo»:

«¡Esto es ácido de batería!», grita Eddie disparando a «Eso» con su inhalador. ¡Y le hace mucha pupa!
¡«Eso» es descubrir la propia fe y defenderla!
Los Perdedores eligen en qué creen.
En qué pilares se sostiene su psique.
¡Se han definido como individuos!
Prosigamos:
LAS SOCIEDADES TOTÉMICAS
«Eso» cambia muchas veces de forma.
¿Cuál es la auténtica?
Pues… nunca lo sabremos.
A modo de «no podría imaginar nada peor», Los Perdedores la ven como una araña gigantesca.
¡Pero no es su forma real!
Lo más cercano a ella serían los fuegos fatuos, unas luces horrendas que ven hacia el final de la aventura y que te dejan catacrack.
Entonces, ¿por qué la araña?
A ver: es un animal que casi siempre genera repeluco.
Aún así, en algunas culturas, como la Hopi, en la que es un símbolo benigno: por eso tienen a la Abuela Araña, que les enseñó a tejer, y que está ligada a la creación del mundo.

No sé a vosotros, pero a mí me flipa el rollo Hopi. En la foto, los kachinas (deidades portadoras de vida).
Algunas religiones, como el islam, tienen una relación ambivalente con la araña.
Por una parte, dicen que una araña blanca ayudó a Mahoma a escapar de sus perseguidores.
Por otra, dicen que hay una araña cuya picadura es equiparable al mal de ojo.
Pero en Occidente no se la suele estimar.
Esta aversión podría venir de mitos como el de Aracne, de la Antigua Grecia, que nos habla de la soberbia.
Y, según el cristianismo –según Job, para ser más exactos–, la casa de la araña es inestable y débil, como el alma de los infieles.
A pesar de que Stephen King hace referencia a las creencias de los indios norteamericanos en muchas de sus obras, no deja de ser occidental.

Tolkien, otro hater de las arañas… || En la foto, Elijah Wood, como Frodo, con Ella-Laraña, en El Señor de los Anillos: El retorno del Rey (2003).
Y creo que por eso que escoge a la araña como la forma más terrible bajo la que Los Perdedores pueden ver a «Eso».
La araña «Eso» representa las fuerzas destructivas del cosmos.
Pero tranquis, que tiene su opuesto:¡La Tortuga!
Por su longevidad y lentitud, la tortuga simboliza cosas buenas.
Algunos pueblos, como los indios zuñis o los moquis, la consideran un vehículo para la transmigración de las almas.
En el Baghavad Gita, texto sagrado hinduista, se habla de cómo al retraerse en el caparazón, ejemplifica una gran virtud del yogui: la concentración.
El dios Mercurio encontró grandes tesoros –incluyendo la Piedra Filosofal– gracias a ella.

Terry Pratchett pensó en la tortuga Gran A’Tuin para que portase su Mundodisco.
Volviendo a la novela de Stephen King, la verdad: la tortuga de It no ayuda mucho a los héroes.
O no de forma directa.
Lo que hace es decirles que deben creer.
Creer en sus amigos, en su convicciones más íntimas y en que los villanos pueden ser derrotados.
¡Es la voluntad del héroe contra la voluntad del villano!
¡Todo en el plano metafísico!

A diferencia de otras historias, la lucha de It NO se metaforiza con un combate físico como, por ejemplo, los duelos de espadas en la saga Star Wars.
Y este tipo de lucha metafísica es El Ritual de Chud.
En la novela, Stephen King nos cuenta que se hace así: se enlaza la propia lengua con la del villano y se cuentan chistes el uno al otro.
El primero en reírse, ¡pierde!
Ojalá todas las guerras fuesen esto.
Así, solo se pondrían en peligro los que las crean. ¡He dicho!
Es bajo esa premisa que Los Perdedores pasan de ser un grupo de amigos normal a una hermandad poderosa: El Clan de la Tortuga.
Según el antropólogo James Frazer, en ciertas culturas, como las indias norteamericanas, los colectivos se agrupan bajo el estandarte de algún animal: son los clanes totémicos.

Típica imagen totémica.
Se autoproclaman descendientes de ese animal y herederos de sus cualidades, compartiendo así todos una misma esencia que va más allá de lo mundano.
¡Ahora, Los Perdedores son representantes de cuanto simboliza esa tortuga primordial!
Ya no son meros niños humanos con miedo a crecer.
Son guerreros comprometidos con el principio creador.
Nota: si queréis leer más sobre rasgos animales en personajes de ficción, aquí os dejo un artículo de Hidalga Erenas que va sobre eso.
Y, con esto, pasamos a la tercera y última fase del rito de paso:
EL RITO DE PASO Y SU ÚLTIMA FASE, O DE AGREGACIÓN
Venga, van Gennep, ¡tu turno, bro!
Como ya sabréis los fans de It, Los Perdedores salen victoriosos de la batalla…
…aunque «Eso» no muere, y volverá para hacerles la puñeta cuando sean adultos.
Con esto, creo que Stephen King nos quiso decir que no tenemos una sola transformación en la vida, sino varias.
¡Recordemos que hay muchos tipos de ritos de paso, no solo el de convertirse en adulto!
Pero aquí solo me ocuparé del primer rito de Los Perdedores, ¡o este artículo se hará eterno!
A lo que iba: «Eso» pierde la lucha de voluntades.
¡La fe en el principio creador de Los Perdedores es más potente que su miedo a la destructividad!
Así que «Eso» huye.
Los Perdedores no verifican que esté muerto.
Les da palo y mal rollo.
Así que los niños se disponen a salir de las cloacas (mundo simbólico, sagrado) para volver a la superfície (mundo ordinario).

Los Perdedores queriendo volver a casa. Awww, ¡pingüinos! 😊
Pero hay un problema: ¡una vez, cumplida su misión, sienten que el lazo que les une está perdiendo fuerza!
Y eso se traduce en que… ¡se pierden por las cloacas!
¡Pero chill, que esto tiene solución!
Como chica, Bev tiene algo pendiente para que su digievolución a adulta sea completa: aceptar su feminidad.
Un tema que no ha salido a la luz durante la batalla.
¿Y cómo lo hace?
Pues haciendo algo que no sale en ninguna de las adaptaciones audiovisuales de la historia: hace que todos sus amigos se acuesten con ella.
Es curioso…
Podemos ver pelis donde se masacran pueblos, se viola a mujeres y se tortura a la gente, pero no podemos ver cómo una chica pierde la virginidad de forma consciente y por voluntad propia.
Pues nada.
Bev cohesiona a Los Perdedores mediante el vínculo del acto sexual.
Así, los chicos se salvan de perder su humanidad entre tanta muerte.
Se unen al principio de la vida adorando a La Diosa, que ha sido venerada como madre en muchas civilizaciones (¡entra aquí si quieres saber más sobre ella!).
Reconectan con la vida, salvándose de convertirse ellos mismos en destructores de mundos.
Y Bev se torna una sacerdotisa, un portal sagrado a algo más grande.
Rollito prostitución sagrada como en Mesopotamia o de la Antigua Grecia: el sexo como conexión con la abundancia, con el principio creador.
O eso decían.
¡Lo que querían era ñogo ñogo variadito!

Representación de Ishtar, diosa babilónica de la fertilidad y la sexualidad.
¡Pues eso!
Entonces, Eddie recuerda cómo volver a la superficie, y allá que van.
Y, una vez fuera, cierran el rito hiriéndose en una palma, cogiendose de las manos y formando un círculo.
¡El círculo!
Esa estructura donde no hay jerarquías y todos los miembros pueden verse los unos a los otros sin problemas.
Símbolo de lo indivisible y perfecto, del movimiento eterno.
También representa el cielo cósmico y el mundo trascendente.
Y juran.
Juran que volverán para machacar a «Eso» si regresa.
Los Perdedores ya no son niños, ya no viven sin pensar ni actuar sobre el mundo y sobre sí mismos.
Han decidido en qué creen, han comprendido grandes verdades el Universo y han tomado las riendas de la situación.
¿Hay otra forma de definir la adultez?
CKLONCLUSIÓN
Este artículo doble podría haberse enfocado desde muchos prismas.
Por ejemplo, el de la numerología (ellos son siete, número poderoso según la Cábala y significativo en muchas otras culturas).
O en por qué «Eso» sigue relacionado a ellos siendo adultos.
También podría haber hablado del poder de la imaginación y, por tanto, de la creatividad.
Pero su infancia me gusta mucho, así que quise compartirla con vosotros.
Personalmente, siento que tuve un verano muy especial a esa edad.
Conecté con algo muy potente con lo que, siendo adulta, no siempre logro reconectar… Pero que está ahí, y que resurge en momentos inesperados.
¿Y vosotros? ¿Tuvisteis un verano especial?
¿Y qué opináis de las adaptaciones de la novela?
¿Tenéis un personaje favorito?
¿Cuál es, y por qué?
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Sin más, me despido.
¡Gracias por leerme, Perdedores! (guiño, guiño).
MATERIAL CKLONSULTADO
Diccionario de los símbolos de Jean Chevalier (Herder Editorial, 2000).
La rama dorada de James Frazer, (Fondo de Cultura, México, 2011).
La web de la Sociedad Entomológica Aragonesa.
El texto SEXO Y RITUAL: LA PROSTITUCIÓN SAGRADA EN LA
ANTIGUA GRECIA de Juan Francisco Martos Montiel.
It, películas de Andy Muschietti (2017–2019)
It, miniserie de Tommy Lee Wallace (1990)
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